Prevención y tratamiento precoz de algunas maloclusiones en niños

La práctica de la Odontología ha seguido una filosofía llamada "filosofía restauradora” en la que el paciente viene al odontólogo cuando ya tiene una enfermedad activa; con esta filosofía no se expresa preocupación, ni se hacen esfuerzos por conocer las causas de los problemas del paciente, o para impedir su recurrencia. De acuerdo con esta filosofía, no tiene sentido que un paciente venga al consultorio sin tener una enfermedad bucal activa, por lo tanto, no hay razón para que esté en el consultorio.
Si enfocamos la práctica desde el punto de vista predominantemente preventivo, sin embargo, éste sería el momento ideal para que un paciente viniera al consultorio: Está libre de enfermedad dental, y el equipo dental harán los esfuerzos posibles para mantenerlo libre de enfermedad durante tiempo como sea posible.
Si el paciente ya tiene cierto grado de enfermedad, el equipo odontológico tratará de restaurar su salud dental tan rápida y perfectamente como sea posible.