Las resinas compuestas dentales han sido introducidas comercialmente desde 1960, siendo utilizadas principalmente como material restaurador para dientes anteriores por reunir propiedades físicas como la adhesión y la estética; sin embargo, desde entonces se ha venido mejorando la longevidad de las resinas para tratar de corregir defectos como la micro percolación marginal debido a su gran contracción de polimerización y otros problemas como la baja resistencia al desgaste ya que son dos causantes de que estas pierdan su forma anatómica. Para eliminar este tipo de propiedades desagradables en las resinas, se han adicionado fibras poliméricas de vidrio, polietileno y de carbón inicialmente, logrando cambios positivos tanto sus propiedades físicas como en sus propiedades químicas. Los Cerómeros resultan de la búsqueda de alternativas donde no se quiera o no se pueda utilizar ningún tipo de estructura metálica o restauración metal cerámica, ya que se ha demostrado que algunos tipos de aleaciones usadas en la práctica clínico presentan corrosión o generan un tipo de reacción alérgica en determinados pacientes. Sin embargo. sobre los Cerómeros se ha obtenido poca sustentación científica que indique que este material pueda ser usado para reemplazar estructuras metálicas puesto que se necesita ver su evolución clínica.